martes, 25 de noviembre de 2014

                                 la maravilla de la naturaleza         

Las selvas son ecosistemas complejos que se encuentran en áreas templadas o tropicales, que experimentan grandes cantidades de lluvias.  las selvas sólo cubren entre el 6 y 7% de la superficie de la tierra, pero contienen más del 50% de las especies de plantas y animales del mundo. Un amplio rango de criaturas vive en los suelos húmedos y privados de sol de las selvas.


Insectos e invertebrados
Algunos de los insectos de las selvas comprenden numerosas especies de hormigas, como las hormigas ejército y las cortadoras de hojas. Muchas de ellas tienen mordidas o piquetes venenosos. Los invertebrados como los ciempiés, milpiés y sanguijuelas también son comunes. De acuerdo con el Dr. Gerald R. Urquhart de la Universidad de Michigan, se cree que son millones las especies diferentes de escarabajos que viven en las selvas tropicales. Algunos de los cuales han sido identificados para 2011 como los escarabajos rinoceronte, los escarabajos cuerno largo, escarabajos de hojas, escarabajos de suelo y escarabajos acuáticos.

Grandes felinos
Los tigres, oficialmente clasificados como en peligro de extinción en 1969, aún se pueden encontrar en las selvas de India, Sumatra, Indochina y Siberia. Los jaguares, que entraron en la lista de especies en peligro de extinción en 1972, cazan en los suelos de la selva por las noches. Los leopardos, más pequeños que los tigres y los jaguares, se encuentran en las selvas de África y Asia. Los leopardos son considerados una especie en peligro de extinción en Asia central, pero son relativamente abundantes en África. Los pumas y los ocelotes, cuyo tamaño equivale al de un gato doméstico, se pueden encontrar en las selvas en América Central y Sudamérica. Ambas especies están consideradas en peligro de extinción.


Otros carnívoros
La mangosta vive en las selvas de América del Sur, el sureste de Asia y el Pacífico. Se alimentan de huevos, insectos, aves y serpientes. Los armadillos, que están protegidos de los depredadores con placas de hueso, se pueden encontrar en las selvas de América Central y América del Sur. Estos animales comen una dieta predominante de insectos, pero también comen animales pequeños, huevos de aves, raíces, frutas y carroña.

Reptiles y anfibios
Las serpientes selváticas incluyen las boas constrictor como lago de cola roja de Sudamérica y la boa ecuatoriana de Ecuador. Estas grandes serpientes también se pueden encontrar en los desiertos, pero suelen preferir las selvas tropicales donde algunas veces ocupan las madrigueras de otros mamíferos. Las lagartijas de piso incluyen numerosos camaleones y lagartijas, así como el dragón gigante de Komodo. Los residentes anfibios incluyen ranas coloridas y sapos, como la rana flecha azul venenosa, la rana de bandas amarillas venenosa, la rana tomate, la rana dardo rojo venenosa, el sapo cornudo y el sapo de hoja amazónico.

Omnívoros y herbívoros
Los cerdos omnívoros en este ambiente incluyen los jabalíes y la babirusa, que se encuentra en la selva de Indonesia. Los machos de esta especie tienen colmillos que crecen verticalmente a través del maxilar y hacen una curva hacia sus ojos. Los dientes caninos inferiores también crecen extremadamente largos, creando un segundo conjunto de colmillos. El okapi es un animal con una apariencia extraña que se asemeja a un venado con rayas, aunque su pariente más cercano es la jirafa. Este simpático animal vive en los claros de la selva en el África.


Hábitats
En la Selva
La penumbra y un silencio que podríamos llamar ruidoso, son dos de los detalles que más impresionan a quien se adentra por primera vez en la selva. Ese silencio es similar al existente en un ambiente cerrado y se diferencia del que podemos encontrar en otros biomas por una serie de murmullos, pequeños ruidos entrecortados y, de vez en cuando, explosiones de gritos, que retumban y resultan imposibles de localizar. La selva engloba en su interior un ecosistema, en buena medida cerrado, que crea un microclima especial y da formas y colores a sus pobladores, haciéndoles a la mayoría, propios y exclusivos de este medio.

La  SELVA, también denominada «bosque tropical», es una formación vegetal boscosa, muy exuberante, verde todo el año y propia de regiones ecuatoriales y tropicales.

Se trata del bioma más rico en especies de toda la tierra y, sobre todo, en especies de árboles, que a menudo alcanzan grandes dimensiones.

El bioma de la selva está distribuido dentro de la franja latitudinal limitada por los dos trópicos, al norte y al sur del ecuador. Se reparte en tres áreas continentales o de grandes islas a lo largo de América, África y Asia sudoriental, con los territorios añadidos de Nueva Guinea, diversas islas del Pacífico tropical y el extremo nororiental de Australia.

Brasil, el Congo e Indonesia, son los países con más extensión de selva en sus territorios.

Las selvas americanas, que ocupan básicamente las cuencas de los ríos Orinoco y Amazonas, abarcan el área más extensa y continua de selva tropical de todo el mundo.

Las selvas africanas ocupan, básicamente, la cuenca del río Zaire, desde las  estribaciones occidentales del Gran Rift hasta el golfo de Guinea. Además, se ha de incluir la selva exclusiva de la isla de Madagascar, frente a la costa oriental de África.

Las selvas asiáticas e indopacíficas, forman una unidad que comparte muchos de los elementos de la flora. Se extienden por algunos territorios del sur de la India, Sri Lanka, buena parte del sudeste asiático (especialmente Indonesia, Malasia y las Filipinas), Nueva Guinea, al nordeste de Australia y diversas islas de la Polinesia.

ECOLOGÍA DE LA SELVA

La principal característica ecológica de las selvas tropicales es la gran biodiversidad. Se estima que casi la mitad de todas las especies de seres vivos del planeta habitan en las selvas.

Este bioma goza de una actividad trepidante, donde casi todo está a la vista. Prácticamente no hay nada que esté bajo tierra –como es el caso de los bosques-; la selva vive del suelo hacia arriba.

La competencia por la luz provoca un «estiramiento» de la vegetación hacia las partes altas, donde llega la luz del sol. Este hecho implica una clara estratificación de la vegetación. La gran cantidad de biomasa en forma de madera, hojas y otros restos vegetales, se regenera continuamente, de forma que alimenta una muchedumbre de organismos descomponedores.

Los nutrientes que resultan de los procesos de descomposición no permanecen demasiado tiempo en el suelo a causa de las frecuentes y abundantes lluvias, que lavan de manera brusca el suelo de la selva. La mayor parte de los nutrientes son rápidamente incorporados por los seres vivos, que los introducen nuevamente al ciclo ecológico.

LAS POBLACIONES INDÍGENAS DE LA SELVA

Las selvas no son lugares fáciles de poblar por la especie humana, ya que dominan los hábitats arborícolas de las altas copas de los árboles, por lo que el acceso es difícil. A pesar de ello, en gran parte de las selvas de la tierra existen poblaciones humanas reducidas, que han sabido adaptarse a las especiales condiciones de vida de este bioma. Normalmente se trata de pequeñas poblaciones, con una tecnología muy reducida y que basan su supervivencia en la caza y la recolección de los recursos del medio.

El principal problema ambiental que existe hoy día en la selva, y uno de los más relevantes de todo el planeta, es la deforestación, es decir, la destrucción de la masa forestal selvática. Esta destrucción, ya sea a causa del fuego o por la tala de árboles, provoca un claro retroceso de la superficie de este bioma en todo el mundo y su progresiva sustitución por terrenos agrícolas o de pasto. Pero lo más grave de esta devastación forestal, es que genera la destrucción de los hábitats selváticos y la consiguiente reducción de la biodiversidad de su población vegetal y animal.

LA VEGETACIÓN

Los árboles de la selva, en su lucha por obtener la energía solar y la capacidad para alcanzar grandes alturas, determinan la complejidad de ambientes y la diversidad de nichos ecológicos de este bioma. La misma diversidad de especies de árboles presentes en la selva, ya es, de por sí, inmensa, pero además, son uno de los principales responsables  de la diversidad de otros organismos vivos.

La vida general de las selvas tropicales se estructura en diferentes estratos en función de la luz, que se concentra prácticamente toda en la parte superior de las copas de los árboles más altos. Por debajo de este estrato de vegetación, en el interior de la selva, existen condiciones de penumbra continua. Así, las plantas que viven a ras de suelo, han de estar muy bien adaptadas a las condiciones de falta de luz.

Asimismo, existe una parte importante de la vegetación de la selva que se compone de plantas epífitas y de lianas, que también representan una parte característica y muy abundante de la población vegetal selvática. Estas plantas emplean los troncos de los árboles, sin causarles ningún perjuicio, como soporte para lograr llegar donde hay luz, para poder llevar a cabo la fotosíntesis.

LA FAUNA

Como consecuencia de la abundancia de hábitat y recursos que ofrece la vegetación, no es nada sorprendente que la fauna tenga también una gran diversidad y un nivel altísimo de especialización a la hora de ocupar cada nicho ecológico existente en la selva.

La riqueza faunística comienza a ras de suelo, en la fauna edáfica, o fauna de suelo, encargada de descomponer la gran cantidad de biomasa que llega. Además, la elevada humedad ambiental permite que los animales sin pelo y los que habitan en aguas dulces (sanguijuelas, ranas…) puedan sobrevivir fácilmente en el medio terrestre. La reducción del tamaño corporal es otro de los recursos de la fauna selvática para aprovechar todos los rincones, grietas y pequeñas cavidades existentes. Y, evidentemente, en un medio forestal como la selva, la adaptación arborícola de la fauna es elevada en todos los grupos, tanto en el caso de invertebrados como de vertebrados.

En términos numéricos, quienes dominan la selva son los insectos. Su gran capacidad de especialización en función de la alimentación, hace que se hayan adaptado a vivir en cada microambiente selvático. Además, su pequeño tamaño les permite formar poblaciones estables que subsisten en áreas relativamente pequeñas.

Aún quedan por descubrir millones de especies de plantas, insectos y microorganismos. Las selvas tropicales se suelen llamar «la mayor farmacia mundial», debido a la gran cantidad de medicinas naturales que provienen de ellas. Según los científicos, la cura de muchas enfermedades actuales, se conseguirá en el futuro gracias a la riqueza de sustancias químicas vegetales existentes en estos ecosistemas.

Con frecuencia también se les llama «los pulmones de la tierra», sin embargo, no hay base científica para tales aseveraciones, dado que se sabe que las selvas tropicales son esencialmente neutras respecto al oxígeno, con poca o ninguna producción neta de oxígeno. Esto es debido a que en las selvas intertropicales el oxígeno producido se consume tan rápido como se genera, pues el ritmo de reciclaje de los nutrientes, es decir, la descomposición de la materia orgánica en la que se consume el oxígeno liberado, es el más rápido del planeta. De hecho, en el sotobosque de las selvas intertropicales, apenas hay acumulación de hojarasca, al contrario de lo que sucede en los bosques templados, aunque esto se debe en su mayor parte a las abundantes precipitaciones que ejercen un lavado o «lixiviación» de la materia orgánica, dejando el suelo pobre en nutrientes.

El estrato herbáceo es escaso en la selva, ya que el alto dosel vegetal que forman los distintos niveles de árboles, impide que llegue la luz del sol al suelo. Por contra, si se abre un claro, el suelo rápidamente queda colonizado por una densa maraña de arbustos y árboles de rápido crecimiento (yagrumo, por ejemplo) que forman la vegetación pionera.

Se estima que más del 40% del oxígeno producido y usado en la tierra proviene de estos espacios vegetales, aunque como hemos dicho, el balance neto sea aproximadamente cero.

En la década de los 90, se estima que hubo una reducción anual de 58.000 km². El 14% de la superficie de la tierra estaba cubierto de selvas primarias, en la actualidad, este porcentaje se ha reducido tan sólo al 6%, y al ritmo actual de deforestación, éstas habrán desaparecido dentro de aproximadamente 40 años.

Las selvas primarias son reemplazadas por vegetación secundaria de crecimiento rápido pero de menor interés desde el punto de vista de la conservación de los ecosistemas. Los biólogos consideran que gran cantidad de especies están siendo abocadas a la extinción -posiblemente más de 50.000 al año- debido a la eliminación de su hábitat.

Podríamos resumir las características de la vegetación de selva como:

Clima: cálido húmedo. 
Temperatura media anual: oscila entre los 27° y los 29° C, hasta los 400 m de altitud o algo más. 
Altitud: se dispone normalmente en el piso de la tierra caliente. Si se encuentra en pisos superiores, debe hablarse de selvas montañas o selvas nubladas. 
Precipitación media anual: oscila entre 1500 a 2000 mm y los 3000 mm o más. En el caso del límite inferior, debe aclararse que estas lluvias tienen que estar muy bien repartidas durante el año, lo cual sólo hace referencia a climas con una localización muy específica.

   

TIPOS DE SELVAS

  Selva ecuatorial (selva macrotérmica), es la que se presenta en la zona ecuatorial, también llamada «selva umbrófila».

  Selva montaña. En algunos casos puede hablarse de «selvas nubladas». Suelen presentarse dentro de la zona intertropical, en las laderas de las montañas expuestas a los vientos dominantes, entre los 1000 y 2200 metros de altitud, aproximadamente, que es la zona en la que el grado de la condensación de la humedad es más intenso. Existen gran cantidad de árboles y plantas de todo tipo y su biodiversidad rivaliza con la de las selvas ecuatoriales.

  Selva tropófila. Es una selva con árboles que pierden sus hojas durante la época de sequía, que puede durar varios meses. Se presenta en zonas de sabana en las condiciones más favorables del nivel freático. Contiene las especies maderables de mayor valor (maderas finas, muy pesadas, como la caoba y otras especies). Tiene menos especies por hectárea pero, en cambio, un mayor número de ejemplares de cada especie, lo que la hace atractiva para la explotación comercial (muy a menudo, excesiva, si no se va reforestando con las mismas especies a medida que se explotan).

  Selvas de galería. Son las que rodean a los ríos de las llanuras en la zona intertropical, en las zonas de vegetación de sabana. Como las orillas de los ríos presentan mayor altura que el resto de la llanura (por la acumulación de sedimentos en los diques naturales), es allí donde crecen los árboles que vienen a formar una selva bastante espesa que a menudo suele continuarse con los ríos próximos. En una imagen de satélite pueden verse selvas de galería en varios ríos del Estado Apure (Venezuela), en el área cubierta por médanos procedentes de las arenas acarreadas por el río Orinoco.


  Selva alisia. En algunos países (Venezuela, por ejemplo), este tipo de selva se identifica para las zonas en las que el efecto orográfico actúa sobre los vientos alisios, incrementando la pluviosidad y permitiendo la vegetación selvática en lugares en los que, de otra forma, tendrían vegetación de sabana.




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